miércoles, 29 de agosto de 2012

Hidratación y ejercicio físico


Hidratación y ejercicio físico
DR. ANTONIO RÍOS LUNA www.doctorantoniorios.com

EL factor más importante en cuanto al rendimiento y ejercicio físico, es el relacionado con el mantenimiento del equilibrio en los fluidos corporales durante el ejercicio. Cuando se hace deporte, incluso a nivel profesional, se produce un deterioro en el estado de la hidratación del cuerpo debido al sudor que enfría el aumento de temperatura del cuerpo, que si no es repuesta de forma adecuada, conllevará un descenso en el rendimiento, provocando fatiga prematura o situaciones mucho peores como un golpe de calor.

¿DÓNDE ESTÁ EL AGUA EN NUESTRO ORGANISMO?
El agua es el principal componente de la sangre, la cual transporta oxígeno, nutrientes y multitud de sustancias para las células, así como la recogida de las sustancias de deseño.

-El 66% del peso corporal de una persona es agua; en el hombre supone el 60% y en la mujer, el 50%.

-El 65% del agua de nuestro organismo se encuentra dentro de las células.

-Los músculos bien hidratados, se componen de un 75% de agua; los huesos un 32%.

-La sangre está compuesta de agua en un 93%.

-El peso corporal de un individuo obeso es, aproximadamente, un 40% de agua. La grasa es el tipo de tejido donde hay menor porcentaje de agua( 10%). Un deportista en forma tiene un peso corporal en el que el agua supone el 70% del mismo.

La eliminación del agua corporal se lleva a cabo en los riñones que ajustan lo que sobra o retienen agua si hay escasez.

EQUILIBRIO DE FLUIDOS
El sudor corporal tiene una mayor cantidad de agua que de sodio, por lo que durante o después de un ejercicio intenso, al haber perdido mucho agua por el sudor, la orina se concentra y su color es más oscuro. Los riñones intentan ahorrar toda el agua que pueden. El agua sale de las células para equilibrar la que se ha perdido por el sudor y que el sodio y el potasio no aumenten proporcionalmente en sangre. Se activa la hormona ADH o antidiurética que es la encargada de ahorrar agua. La orina se concentra y se oscurece. Eso es un signo de deshidratación, lo contrario que cuando es clara. Empieza la sensación de sed que, generalemente, no se nota hasta que el organismo ha perdido entre 1.5 a 2 litros de sudor. Hay que tener en cuenta que, en un ambiente caluroso, un deportista puede perder hasta 2.5 litros de sudor por hora. Dicho sudor es rico en agua, pero también contiene sodio, potasio, calcio y magnesio. Así, en esas dos horas de ejercicio si el ambiente es caluroso, se pueden perder, aparte de 2.5 litros de agua, 15 gramos de sodio, un nivel de pérdida que excede con mucho la ingesta de sal diaria. Hay que tener muy claro un aspecto. La sed es un mal indicador de la necesidad de equilibrar los fluidos corporales porque aparece tarde, es como un indicador de emergencia que se activa cuando estamos cerca del límite. Es imposible que durante el ejercicio, se logre un equilibrio de los fluidos si empezamos a beber sólo cuando ha aparecido la sed. Todo deportista debe acostumbrarse a beber de forma rutinaria, independientemente que tenga sed o no. El estado de hidratación previo al ejercicio es importante para obtener un buen resultado. Puede llevar 24 horas que un deportista recupere un estado de hidratación óptimo. Los que están sobrehidratados en los días previos a la competición, contarán con un mayor volumen sanguíneo circulante, sudarán más durante el ejercicio pero se reducirá la frecuencia cardíaca en el esfuerzo.

BENEFICIO DE UNA BUENA HIDRATACIÓN EN EL DEPORTE
-Disminución del número de latidos cardíacos.

-Disminución del aumento de la temperatura corporal.

-Mejora del volumen de sangre de cada latido cardíaco.

-Mejora el flujo sanguíneo de la piel con el consiguiente descenso de la tempeatura corporal.

-Control de los niveles de sodio, potasio y adrenalina en el organismo.

-Descenso en el uso del glucógeno muscular, considerado como la "gasolina" que permite la contracción y la elongación de la fibra muscular.

TERMORREGULACIÓN
La temperatura en el organismo no es uniforme en todas las regiones; así, cuanto más profundos se encuentren, por lo que es distinta la temperatura central con respecto a la periférica. La central es la que tiene órganos como el cerebro o los pulmones y es de 37º C, no debiendo variar más de medio grado al día ya que está regulado de forma muy precisa. Cuando dicha temperatura central se modifica en exceso o por defecto, desde los 35 a loa 40º, se producen trastornos muy graves para el organismo. La temperatura periférica medida en la piel, oscila entre los 32 y 34 y sí puede variar de forma más amplia que la central.

La regulación de la temperatura es debida a la interacción de la piel, el sistema cardiovascular y el cerebro. La información recogida por los receptores de la piel, se trasmite hasta la médula y de ahí al cerebro, en concreto, al hipotálamo, donde se encuentra el centro regulador de la temperatura. Se activa cuando la temperatura central supera los 37º. Entonces, se activa una cascada de respuestas en el organismo para evitar que dicha temperatura ascienda, por ejemplo, se produce una vasodilatación en la piel, se ponen en funcionamiento las glándulas sudoríparas y, comenzamos a sudar. De esta manera, el cuerpo se enfría.

Los dos sistemas para disipar o perder calor implican:
1.-Movilizar más sangre a la piel para permitir que el calor se pierda por disipación, y enfriarla. La sangre es llevada desde los músculos hacia la piel para que se enfríe. Si hemos sudado en exceso, el volumen sanguíneo se ha reducido y no hay volumen sanguíneo suficiente para poder mover las fibras musculares y que se produzca sudor. Comienza a aumentar la temperatura corporal y sobreviene la fatiga muscular y los calambres.
2.-Aumento de la producción de sudor.

El ascenso de la temperatura corporal durante el ejercicio depende de la temperatura ambiente. Si hacemos deporte a una temperatura de 20º, el cuerpo puede llegar a subir a 38º. Sin embargo, si la temperatura ambiente es de 36º, podemos alcanzar los 40º dentro de nuestro organismo.
Hidratación y ejercicio físico

lunes, 20 de agosto de 2012

Comienza La Liga: Lesiones en el fútbol

Como toda actividad deportiva, está sujeta a una serie de lesiones que van a mermar de efectivos a los equipos, provocando dolores de cabeza al cuerpo médico y a los entrenadores que intentarán recuperarlos
DR. ANTONIO RÍOS LUNA www.doctorantoniorios.com

ESTE fin de semana ha comenzado una nueva edición de la liga. No solo hay competición a nivel élite profesional, es decir, los 40 equipos que forman parte de la Liga de Fútbol Profesional, sino que el fútbol modesto también comienza su andadura aunque en Segunda División B, la liga comienza una semana después.

Como toda actividad deportiva, está sujeta a una serie de lesiones que van a mermar de efectivos a los equipos, provocando dolores de cabeza al cuerpo médico y a los entrenadores que tratarán de recuperar los antes posible a dichos jugadores lesionados.

A continuación, vamos a detallar cuáles son la dolencias más habituales que afectan al futbolista por orden de frecuencia y por gravedad.

LESIONES MUSCULARES

Son una de las patologías más frecuentemente diagnosticadas en medicina deportiva. La mayor parte de las lesiones musculares son leves aunque un porcentaje cercano al 10% las denominamos graves, pues pueden ocasionar secuelas importantes. De acuerdo con las estadísticas, entre un 25 y un 30% de los deportistas de alto rendimiento se lesionan (hay que tener en cuenta que en un deportista de élite, entre un 30-40% de su peso corporal corresponde a tejido muscular).

A lo largo de una temporada, un equipo profesional de fútbol sufre una media de 20 lesiones musculares.

¿Por qué se producen?

Hay predisposición a la hora de sufrir una lesión muscular. Los factores condicionantes se dividen en dos.

a) Propios del deportista: su estado nutricional antes y durante de la práctica deportiva, así como el equilibrio adecuado de electrolitos y sales. La sudoración origina pérdida de líquidos y sales en el organismo. Los músculos van perdiendo elasticidad al perder hidratación, por lo que tras un ejercicio prolongado aumentan las probabilidades de sufrir tirón.

b) Extrínsecos: Un factor importante para prevenir una lesión es el estiramiento y el calentamiento adecuado de la musculatura en relación al deporte a practicar. Otro factor es el relacionado con el tipo de deporte. Aquellos deportes de contacto tienen mayor riesgo de sufrir una lesión muscular debido a un golpe directo como ocurre en el fútbol.

TENDINOPATIAS

Los tendones más frecuentemente lesionados son el tendón rotuliano en la rodilla y el tendín de aquiles en el tobillo.

¿Por qué se producen?

Hay muchas causas que provocan dicha tendinopatía. Lo más frecuente es que sea el resultado de prolongadas y repetidas sobrecargas mecánicas. Los cambios que se producen en el espesor del tendón son debidas, al comienzo del proceso, a microrroturas que provocan el deterioro del colágeno y conllevando a la producción de la fibrosis (tejido de cicatrización).

El colágeno es un elemento fundamental del tendón y que es responsable de la mayoría de las propiedades de los tendones como es la capacidad de adaptación al esfuerzo y la elasticidad. Si se produce la fibrosis, el tendón deja de ser una "goma elástica" para convertirse en una "cuerda", con la consiguiente peor adaptación al esfuerzo que en su estado natural.

La lesión se suele producir con más frecuencia en la unión del tendón con el polo inferior de la rótula, aunque la parte fundamental del tendón quede intacta. Esto se denomina ENTESITIS DEL POLO INFERIOR DE LA ROTULA y supone el 90% de la patología que asienta sobre el tendón rotuliano. En el caso del tendón de aquiles, el lugar más propenso para que se produzca una lesión es su inserción en el calcáneo.

Las causas por las que se producen estas lesiones van estrechamente relacionadas con las características del entrenamiento, la frecuencia, duración, intensidad, el tipo e idiosincrasia de la competición y a superficie de juego, entre otros se consideran los factores extrínsecos o que no dependen del jugador.

Pero hay otras particularidades que dependen del propio jugador y su morfología como, por ejemplo, las alteraciones del eje del aparato extensor como cuando las rodillas se encuentran en posición de X o genu valgo, o cuando la forma de las piernas tiene aspecto de "paréntesis" o genu varo. Rótulas grandes o rótulas demasiado altas, típicas del jugador de baloncesto que es muy alto y longilíneo. Esta disposición hace que los tendones de la rodilla estén demasiado alargados y sufran latigazos y movimientos rotatorios forzados cuando se realiza el salto o los giros.

ESGUINCES DE TOBILLO

Supone el 25% del total de lesiones deportivas. En la Liga de Fútbol Profesional, suponen el 22% de las lesiones que sufre un deportista a lo largo de una temporada.

¿Por qué se producen?

El tobillo, una articulación de tipo bisagra, recibe cargas enormes, especialmente en la carrera o en deportes con giro sobre la extremidad.

Los esguinces del tobillo resultan del desplazamiento hacia dentro o hacia fuera del pie, distendiendo o rompiendo los ligamentos de la cara interna o externa del tobillo. El dolor de un esguince de tobillo es intenso y con frecuencia impide que el individuo pueda trabajar o practicar su deporte durante un periodo variable de tiempo.

Sin embargo, con un tratamiento adecuado, los esguinces de tobillo en la mayoría de los casos curan rápidamente y no se convierten en un problema crónico.
Comienza La Liga: Lesiones en el fútbol

El calzado ideal para el verano

LA CONSULTA DEL ESPECIALISTA :: El calzado ideal para el verano
Las zapatillas para hacer deporte en verano deben ser cómodas y funcionales.
Los criterios que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un calzado, son, entre otros, el peso, la flexibilidad y la estabilidad
DR. ANTONIO RÍOS LUNA www.doctorantoniorios.com

LA base sobre la que se sustenta todo el ciclo de la marcha son los pies, de ahí la importancia de su cuidado, independientemente del tipo de actividad. Durante todo el año, el pie permanece "encerrado" en un calzado cubierto completamente, con un ligero tacón y, en general, rígido. Sin embargo, en verano todos nos relajamos y somos mucho menos estrictos con lo que cubrimos los pies que en invierno. Las altas temperaturas, el pasar parte del tiempo en la playa o la piscina, hacen que el uso de chanclas se extienda a las 16 horas del día que estamos en pie.

Pero las consabidas chanclas no siempre es lo mejor. Lógicamente se recomiendan en piscinas o playas cuyo uso evita el contagio de enfermedades de los pies en estas fechas como son los hongos o las verrugas plantares. Pero NO debemos usarlas continuamente, sobre todo aquellas chanclas con la goma separadora entre el dedo gordo y el resto. Si usamos este tipo de calzado para caminar todo el día, se produce la tendencia a que el resto de los dedos se encoja a modo de garra para poder "sujetar" la chancla ya que no tiene sujeción en el talón. Otro problema deriva de su uso en personas con pies planos o con poco arco donde se tiende a sobrecargar la zona interna de los pies. Si el calzado carece de este arco y además, caminamos todo el día con este tipo de chanclas, se sobrecargará mucho el pie y aparecerá el dolor.

Las fases normales de la marcha son:

-Contacto inicial: se realiza a expensas del talón, que es el encargado de recibir todo el peso del cuerpo. En esta fase, el calzado debe asegurar un buen apoyo y estabilidad para evitar caídas o resbalones. Además debe tener una adecuada amortiguación para absorber los impactos.

-Progresión del cuerpo: se realiza con el apoyo de toda la planta del pie, quedando completamente fijada al suelo. El calzado debe adaptarse lo más posible a todo el contorno del pie; de esta forma, se consigue un buen apoyo y una mejor estabilidad, al mismo tiempo que una buena distribución de las cargas.

-Fase de impulso: se debe permitir que el movimiento de flexión dorsal del pie y de los dedos, sea lo más cómoda posible y que se facilite el despegue del suelo.

Todas esas fases son mucho más difíciles de realizar si el calzado que llevamos tiene poca sujeción, como es el caso de las chanclas.

EL PIE INFANTIL

El pie plano es a menudo una afección compleja, con síntomas diversos y grados variables de deformidad y incapacidad. Hay varios tipos de pie plano con una característica en común: la caída (pérdida) parcial o total del arco. Así mismo dichos pies pueden presentar una deformación asociada que la más común es la de valgo, que consiste en la lateralización de los talones hacia dentro, esto es muy característico en la edad infantil, debido a la laxitud músculo-ligamentosa que a estas edades todos los niños poseen.

Otras características comunes a la mayoría de los tipos de pie plano son:

Los dedos y la parte delantera del pie están desviados hacia afuera.

El talón se desvía hacia afuera y el tobillo parece inclinarse hacia adentro.

El tendón de Aquiles es corto por lo que el talón se despega del suelo antes de lo normal cuando se camina y puede actuar como una fuerza deformante.

En algunas personas con pie plano pueden aparecer juanetes y dedos en martillo.

En función de la edad, puede asociarse a genu valgo o rodillas "en X" o desviadas hacia dentro.

-De un tamaño adecuado y una forma cuadrangular para no comprimir los dedos del pie.

-Flexible para permitir los movimientos libres del pie.

-Plano, sin un tacón importante para que el niño no ande de puntillas.

-Transpirable, realizado de un material (piel o tela) que permita que el pie "respire" y evite la maceración de la piel y las infecciones por hongos.

-Suela de moderada fricción, para evitar que el niño resbale, pero sin la excesiva fricción de algunas suelas de goma.

-Ligeras, para reducir el gasto energético.

-En los niños pequeños conviene que el zapato sujete el tobillo para evitar que se le salga mientras corre sin que sea una bota.

-Si el zapato tiene un buen contrafuerte sujetará mejor el talón y el desgaste del zapato será menor. Sin embargo, los niños pueden usar sandalias en el verano por ejemplo. No se debe abusar de las chanclas durante muchas horas al día, sobre todo cuando se realizan paseos o caminatas prolongadas. Para estas situaciones, un calzado transpirable es lo indicado. Es preferible una mejor sujeción que una excesiva libertad en el calzado, siempre y cuando, se trate de caminar una importante distancia o llevarlas demasiadas horas al día.

El calzado debe ser cómodo a la vez que funcional. Hay una serie de criterios a tener en cuenta a la hora de elegir calzado.

Peso. Cuanto más pesada sea la persona, mayor será el gasto energético que se provoca durante la marcha. Por consiguiente, si el peso es más ligero, la fatiga aparecerá mucho después que si la persona es más pesada. Esto justifica la importancia de tener un peso adecuado.

Flexibilidad. Cuanto más flexible sea el calzado, el movimiento de los dedos del pie será más fácil. Esto hará que la pisada sea más uniforme y que el gasto de energía que supone la fase de impulso de la marcha se verá reducido. La fatiga tardará más en aparecer. Se puede comprobar que el calzado es flexible si podemos unir la punta de la zapatilla con la parte trasera de la misma, sin un gran esfuerzo.

Estabilidad. Es una propiedad importante sobre todo en algunos tipos de pie como es el pie pronador o con poco arco. Éste tenderá a deformar el calzado hacia dentro debido al poco arco plantar que tienen estas personas. Si la zapatilla es estable y resistente, esta deformidad no se producirá. Es fundamental personalizar el tipo de calzado en función del pie de cada persona. Esto nos llevará a una adaptación completa y a evitar dolor de pies.
El calzado ideal para el verano

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