domingo, 10 de abril de 2016

Similitudes a distinto nivel. De Brian Clough a Antonio Oviedo. | Cuadernos de Fútbol

Similitudes a distinto nivel. De Brian Clough a Antonio Oviedo.



Brian Clough (izquierda) y Antonio Oviedo (derecha) en sus respectivas etapas como jugadores.

Brian Clough (izquierda) y Antonio Oviedo (derecha) en sus respectivas etapas como jugadores.



Autor: Sebastià Ramis Guasp

Cuadernos de Fútbol, nº 68, fecha: 1 septiembre 2015, ISSN: 1989-6379



Fecha de recepción: 05-08-2015



Fecha de aceptación: 17-08-2015



Resumen



Un partido amistoso entre Nottingham Forest y RCD Mallorca en Cala Millor el 19 de mayo de 1981 permite que dos entrenadores, adelantados a su tiempo pero con diferentes destinos, se encuentren cara a cara. Dos entrenadores que consiguieron con sus respectivos equipos grandes hitos y que hoy en día siguen en vigor y recordando.



Artículo



El 19 de mayo de 1981 se inauguraba el complejo deportivo Badia de Cala Millor, situado entre los pueblos de Son Servera y Sant Llorenç des Cardassar. Para la inauguración se contó ni más ni menos que con la presencia del Nottingham Forest de Brian Clough y Peter Taylor, ambos asiduos residentes durante los veranos de la década de los setenta y ochenta. No esta de más recordar que los Forest venían de conseguir dos Copas de Europa consecutivas, hito reservado para equipos leyendas del fútbol mundial. Ya en la temporada siguiente, los de Clough no pudieron conseguir el triplete europeo pero aun así consiguieron ser subcampeones de la Copa Intercontinental y de la Supercopa de Europa. En resumen, un conjunto que será recordado tanto por el tándem Clough-Taylor, como por jugadores brillantes que marcaron época en el futbol ingles y por los éxitos cosechados durante varias temporadas al máximo nivel.



El Real Club Deportivo Mallorca fue el rival seleccionado para enfrentarse al todopoderosos club ingles. El equipo mallorquín se encontraba en un momento dulce ya que el equipo había conseguido el ascenso a la Segunda división A.



En la madrugada del 13 de mayo de 1981 aterrizaba el avión de la expedición del Nottingham Forest. Peter Taylor, a su llegada, declaraba a Ultima Hora que estaban muy contentos por inaugurar un magnifico complejo deportivo en Cala Millor. En ese momento, Taylor declaró: “Son doce años de venir un par de meses, anualmente, a Cala Millor, y en parte me siento responsable de la construcción de este campo de futbol ya que será de gran utilidad a nuestro equipo”[1].



Brian Clough desplazo a Cala Millor a sus mejores jugadores aunque para el partido amistoso reservó a sus dos máximas estrellas: el portero Peter Shilton y el delantero Trevor Francis. El RCD Mallorca, conjunto que dirigía Antonio Oviedo, acudía eufórico al amistoso ya que dos días antes, el domingo 17 de mayo, había conseguido el titulo de campeón del grupo II de la Segunda división B.



El Nottingham Forest posando para la prensa minutos antes del inicio del partido contra el RCD Mallorca en Cala Millor.

El Nottingham Forest posando para la prensa minutos antes del inicio del partido contra el RCD Mallorca en Cala Millor.



Cloug presentó la siguiente alineación: Lee Smelt; Bryn Gunn, Frank Gray, John McGovern, Chris Fairclough, Smith, Gary Mills, Ian Wallace, Peter Ward, Steve Hodge y Colin Walsh. De este once cabe destacar al centrocampista John McGovern, un jugador fiel y clave en el esquema de Cloug que se encargaba de hacer un trabajo poco vistoso pero sensacional. Otro jugador importante en el esquema fue Steve Hodge, mediocampista que en dos etapas distintas con el equipo de Nottingham logró jugar 289 partidos y meter 66 goles. Por ultimo, el defensa canterano del Forest, Gary Mills, fue y es el jugador más joven en debutar con la camiseta red del Forest. Brian Cloug lo hizo debutar con tan solo 16 años y 203 días ante el Arsenal en casa del Forest.



Por su parte, Antonio Oviedo alineaba a los siguientes jugadores: Gabaldón, Sahuquillo, Chea, Gallardo, Cavero, Iriarte, Lizoain, Alonso, Salvuri, Bauzá y Sancayetano.



El partido en si no tuvo mucha historia. El Forest derrotó por 5 goles a 0 al RCD Mallorca en un partido que los ingleses dominaron por completo, de principio a fin. Además, Oviedo en la segunda parte introdujo muchos cambios para probar a gente del filial como Bonnin o Salvuri. Este hecho provocó criticas en la directiva contra Oviedo, que no fueron las primeras de la temporada, ya que el presidente Contestí y Oviedo tenían caracteres muy chocantes.



Al final del partido amistoso, el periodista Alejandro Vidal escribía: “las cosas llegaron a ponerse tan mal que, esto es absolutamente cierto, Contestí estuvo a un tris de convocar una reunión extraordinaria para acordar el cese fulminante del entrenador”[2]. La junta directiva estaba en desacuerdo con las decisiones tomadas en el amistoso dada la utilización de juveniles y cedidos durante gran parte del encuentro.



El partido va más allá de ser el primer encuentro entre ambos equipos, fue el encuentro de dos entrenadores que reunían muchas similitudes, unos adelantados a su tiempo y que hicieron historia con sus respectivos equipos.



Los dos nacieron durante la década de los treinta, Brian cuatro años mayor que Antonio. Los dos fueron futbolistas profesionales y desempeñaban la labor de delantero. Brian Clough jugó 10 temporadas repartidas entre el Middlesbrough y el Sunderland con unos registros sensacionales: 274 partidos y 251 goles. Mientras que Oviedo disputó 192 partidos y metió 33 goles en 11 temporadas como profesional[3]. Pero donde coinciden es en la labor de entrenador.



Brian Clough tuvo dos etapas sensacionales en Derby County y Nottingham Forest, rivales directos en los ya famosos East Midlands derbys. Por su parte, Antonio Oviedo entrenó al Atlético Baleares y al RCD Mallorca, máximos rivales en la isla de Mallorca. En el Atlético Baleares, el técnico extremeño tuvo tres etapas antes de que el Mallorca le reclamará para sacar al equipo del pozo de la Tercera división. Los setenta para el conjunto bermellón fueron nefastos hasta la llegada de Oviedo, el cual hizo una labor muy similar a la que Brian Clough haría en Derby y Nottingham. Oviedo consiguió el récord de victorias seguidas del club en Tercera División y ascendió a Segunda B al finalizar la temporada. En la siguiente temporada volvió a ascender con el Mallorca, esta vez a Segunda A. Dos temporadas seguidas brillantes. La aventura del extremeño se acabo antes que pudiera llevar al conjunto bermellón a Primera División y conseguir un hito historico. Eso si, los cimientos que dejo el apasionado entrenador sirvieron para que su sucesor y ex equipo subieran inmediatamente a Primera división consiguiendo subir en tres temporadas consecutivas de Tercera división a la máxima categoría del fútbol nacional.



Fuera de los terrenos de juego, Clough y Oviedo eran todo personalidad y dejaban habitualmente frases para el recuerdo a los periodistas.



Los dos se encontraron un 19 de mayo en Cala Millor frente a frente. Después de ese partido amistoso, los destinos de Brian y Antonio empezarían a oscurecer tras años de éxitos de ambos. Por un lado, Brian Clough terminaba en 1982 su sociedad con Peter Taylor. Hasta ese momento, el Forest, con ellos en el banquillo, ganaron cinco títulos nacionales y dos Copas de Europa consecutivas, además de ascender de la Second división a la First división. Por el otro lado, Antonio Oviedo le restaban pocos meses para que la directiva lo cesase fulminantemente debido al fuerte carácter del técnico y las riñas constantes con la directiva bermellona.



Hace unos años, el periodista Alejandro Vidal escribió en el Diario de Mallorca: “El mallorquinismo no ha pagado todas sus deudas. Yo diría aún más, ya que generalmente ha sido desagradecido con los hombres que mejor le han servido. Uno de ellos, sin duda, Antonio Oviedo Saldaña, que no sólo prestó valiosos servicios como jugador, formando en el equipo con el que el Mallorca ascendió por primera vez a la División de Honor, sino que asumió, como entrenador, la ardua tarea de devolverlo a la élite del fútbol español desde su más aparatosa caída en la segunda mitad de la década de los setenta”[4]. Totalmente de acuerdo, pero especialmente los dirigentes que han pasado por la entidad, más que el mallorquinismo en si, que seguro que se acuerdan de un genio como Oviedo, son los que aun no han pagado esa deuda con uno de los entrenadores que cambio el destino del Mallorca en los setenta.



Debo admitir que me encanta la leyenda que rodea a Brian Clough. Las gestas que realizo con Derby County y Nottingham Forest no me dejan de sorprender a día de hoy. Son estas gestas por las que me apasiona el futbol, las que se logran con equipos pequeños o humildes, donde se nota el compromiso de todos los jugadores o la mano del entrenador antes que la chequera abundante de un presidente o grupo inversor.



Yo, fiel socio y seguidor del Real Club Deportivo Mallorca, he encontrado lo más parecido al Brian Clough del conjunto bermellón. Pero por cuestiones de edad no lo he podido descubrir con mis propios ojos en los terrenos de juego sino en las hemerotecas y los libros de historia sobre el conjunto bermellón. No es ni más ni menos que Antonio Oviedo Saldaña. El ex entrenador, y también ex jugador, es recordado por una de las mejores hazañas que se recuerdan haber vivido en el derruido pero mítico estadio Lluis Sitjar. Oviedo coge al equipo a falta de tres días para empezar la competición de Tercera división en 1979. Durante la temporada mantiene un duelo intenso con el Poblense pero al final consigue proclamarse campeón de la Tercera División y ascender directamente al grupo II de la Segunda División B. De esa temporada aun se mantiene un récord increíble en el conjunto bermellón y muy difícil de superar así como andan los lares por el conjunto mallorquín: 17 victorias consecutivas. Increíble pensar que meses antes, Miquel Contestí había cogido al club hundido deportivamente y en fallida económica.



La siguiente temporada seguía la escalada. Oviedo preparó un equipo intenso y fichó a las piezas necesarias para conseguir el éxito inmediato. Sobre todo destacar el fichaje de Paco Bonet, cedido del Elche.



Pero como era Antonio Oviedo como entrenador? Cito unas palabras de los autores del libro Història del RCD Mallorca 1916-2004: “Antonio Oviedo, del mismo curso de entrenador que Alfredo Di Stefano y Ladislao Kubala, era un técnico avanzado a su época, un hombre que conoció profundamente la plantilla, y aunque el Mallorca fuera un equipo de Segunda B, sus jugadores entrenaban mañanas y tardes. Balones medicinales, ejercicios variados, diálogos constantes y buen ambiente colectivo fueron las bases utilizadas por Oviedo para llevar al Mallorca a Segunda División A”[5].



La temporada siguiente todo seguía su curso. Antonio Oviedo preparó un pretemporada a la altura de las dos ultimas temporadas. El equipo bermellón seguía haciendo vibrar al mallorquinismo. En las primeras diecisiete jornadas, Antonio Oviedo y los suyos andaban por la parte alta de la tabla. Pero de sopetón, toda la armonía reinante que sobrevolaba el Lluis Sitjar se transformó en un infierno: Antonio Oviedo era destituido la noche del 22 de diciembre ante la incredulidad de las peñas y aficionados. Los motivos fueron, según el acta de la directiva, las declaraciones constantes ante radio y prensa que dañaban a los jugadores y al Club y también tomar decisiones sin consultar a la Junta Directiva como al Presidente. Curiosamente estos hechos suenan a los métodos utilizados a menudo por Clough y Taylor.



El Real Club Deportivo Mallorca ascendió una temporada más tarde con Lucien Müller, ex jugador de Barcelona y Madrid, en el banquillo. El técnico extremeño de Valencia de Alcantará no tuvo otra oportunidad de entrenar al Mallorca ni de agrandar su leyenda y la del equipo que saco del infierno de la Tercera División.

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